sábado, 20 de diciembre de 2014

Te dejo ir (creyendo que)

Sé que estás ahí esperándome.
Sé que me extrañas desesperadamente.
Sé que eres lo que anhelo y siempre deseé
Hasta la desilusión de saber que no existías
Ahora que te tengo
Ahora que te tuve
Te dejo ir simplemente
Tomo distancia y me alejo creyendo que un norte claro tengo
Pero mi mirada está fijada en el suelo y mi cuello se relaja al caer
Y perpendicularmente, la lluvia de mi cielo.
Solo alzo la mirada para buscarte en otros ojos y otros cuerpos
Y aun no queriendo encontrarte para no dejarme ver que eres tú lo único que me hace falta,
Ahí estás
Reviviéndote en mis comparaciones y mis juicios de otros labios
Haciéndote ver, iluminado, en los ojos vacíos del resto
Regodeándote en mis intentos de encontrar el beso ese tuyo
Que es primer y última pieza de mi rompecabezas.

Somos pequeños
Somos la nada
Y somos el todo que tenemos
Pero nadie va a desglosar mi amor partícula a partícula
Como lo has hecho tú
Porque lo has hecho tú
Y ahora mientras se me desmigaja el amor entre los dedos
Agonizo en mi propia rebeldía.
Sabré por siempre que nuestras almas se han abrazado y se han entrelazado fuertemente
Y mientras mi cuerpo gira, gira y gira entre perlas y selvas
Mi mente, que le acompaña y le charla,
Se torna hermética, late y duele
Los pensamientos golpean contra mis paredes y la lógica suele erosionarse
Y ahí está el suelo otra vez
Aquel que seguiré observando hasta que mi piel se torne bandoneón
Y entonces con mis últimas y épicas fuerzas me erguiré entera
Para encontrarte a mi lado aún en el fin
Y ese día sonreiremos ambos
Hasta que mis cielos se cierren
Y entonces dejará de llover
Y entonces…
Comprenderemos.

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